jueves, agosto 31, 2006

Métete en mi cama
(en mi cuerpo),
juega un rato conmigo,
límpiame de secretos,
que más da, no los necesito.
Haz tuya mi conciencia,
mi falsa fé
y todas las ganas que me quedan de ser tuyo.
Oblígame a escribir
nuevas poesías en tu cuerpo desnudo.
Métete en mi cuerpo,
explora mis sentidos,
experimenta con las formas.
Mi silueta es tu sombra,
nunca estarás sola.

Tengo hambre,
hambre de tí,
de nosotros desnudos
haciendo el amor;
hambre de tus labios,
de tus pechos,
de tu sexo,
de nosotros en la cama,
de tu sonrisa coqueta,
adormilada,
íntimamente satisfecha
por todo
y nada a la vez.

Te quité la ropa
y aparecieron tus alas blancas,
largas y espesas
como la mañana lluviosa
que vivimos bajo las sábanas.

lunes, agosto 28, 2006

Aquí estoy,
esperando ansiosamenta a que ya sea jueves
entre libros,
tratados antiguos que no dicen nada
y mi las ansias que guardo para un momento mejor
(para ese momento).

Veo el reloj,
faltan muchas horas.
Corramos,
que nos alcance el tiempo
y no al revés.

domingo, agosto 27, 2006

Sigo investigando como hacerte una canción, mientras tanto consideré pertinente dedicarte una nueva prosa desesperada. Es de noche y tu sabes como me pongo cuando no estás conmigo, te recuerdo tanto, escucho tu respiración, tu voz y tus latidos en todos los rincones de la casa.

No hay que ir muy lejos para plasmar las preguntas de una noche sin ti. Ahí está el cuaderno esperando fielmente a que lo tome y escriba en él cuanta tontería se me vaya ocurriendo. "Te extraño mucho", escribo, y el niño que vive dentro de mi se asoma un rato para sacarme la lengua y pedirte un peso para ir a comprar algo a la tiendita.

Continúo escribiendo, esperando volverme más sofisticado o menos niño, lo que pase primero. No pasa nada, y me quedo esperándote, recordando tus besos y todo lo que te compone, escuchando tu música, cantando tus canciones, sacando de los cajones las fotos y la bufanda que olvidaste la última vez que te viniste.

Vuelvo a escribir que te extraño, sintiéndome en verdad más niño.

sábado, agosto 26, 2006

Suena el tango
(su boca que besa borra la tristeza,
calma la amargura),
pasa el tiempo,
tu ropa vuela,
la escondemos lejos,
no la necesitas.
Es de noche,
escucha,
la música nos llama.
Te tomo del talle,
me aborda un sentimiento
("quiero hacerte el amor").
La noche huele a deseo,
a tango
y a pasión.

domingo, agosto 20, 2006

La noche es más larga y más lenta sin ti
y sin tu voz que me dice "te quiero"
y me arrulla
hasta quedar dormido.

martes, agosto 08, 2006

En mi ciudad
la gente ya no tiene ojos,
sólo huecos en el cráneo
rellenos de aserrín
y dolor.